Fecha: 15 de febrero de 2009
Hace unos días he podido leer la noticia sobre la creación de la Universidad de la Singularidad por parte de la Nasa, Google y otras entidades de renombre. El objetivo de esta universidad, que de momento tendrá un solo curso anual en las instalaciones de la NASA en el Research Park (muy cerca del GooglePlex) es unir, educar e inspirar a un grupo de líderes que se esfuercen por facilitar y entender el desarrollo exponencial de las tecnologías (bio, nano, info, …) y su aplicación en beneficio de la humanidad y su desarrollo. La Universidad de la Singularidad tendrá un único programa de 8 semanas para 120 afortunados que tendrán asignaturas de biotecnología, bioinformática, robótica, nanotecnología, inteligencia artificial, ciencias físicas y espaciales, derecho, finanzas, política y ética.
El tema de la singularidad tecnológica me parece un tanto futurista e incluso atrevido para nuestros tiempos, pero enormemente innovador y prometedor. La idea parte de un tal Ray Kurzweil, quien en opinión de gente como Bill Gates, Al Gore o el propio Barack Obama es la persona con mejor capacidad para predecir el futuro en nuestros tiempos.
La ley de los rendimientos acelerados de Kurzweil habla de un futuro no muy lejano (tal vez 2015) donde el progreso de la humanidad se disparará de tal forma que las máquinas tendrán mayor capacidad de pensar e inventar que nosotros mismos. El futuro que dibuja Kurzweil tiene que ver con una espiral de progreso tecnológico donde las máquinas piensen muchos más rápido y de mejor manera que los humanos y que por tanto sean las verdaderas protagonistas de la innovación. En ese momento se producirá la denominada singularidad tecnológica. Si pensamos en términos matemáticos, una singularidad es un punto a partir del cual no se puede predecir el comportamiento de una función. La singularidad tecnológica será el momento, dominado por la inteligencia de las máquinas, a partir del cual el progreso entrará en una espiral inimaginable hoy en día. En su libro «Se acerca la singularidad» (que desgraciadamente no ha sido traducido aún al castellano) Kurzweil reflexiona sobre esa singularidad y sobre el futuro que nos deparará un mundo donde la fuerza de la innovación resida en las máquinas inteligente o espirituales, de las que habla en otro de sus libros («La era de las máquinas espirituales«).
La singularidad se puede alcanzar de varias maneras según Kurzweil y algunos otros autores:
- El desarrollo de un sólo supercomputador que pueda alcanzar este estado de inteligencia superior a la humana. Esta es la alternativa AI (Artifical Intelligence)
- El desarrollo de elementos sofisticados de interacción con computadoras que permitan incrementar la inteligencia de los seres humanos. Esta alternativa se denomina IA (Intelligence Ampliation).
- El desarrollo de toda una red de pequeños ordenadores que se comporten como neuronas al estilo del cerebro humano y que acaben por despertar a la conciencia.
- El desarrollo de manipulaciones biológicas en el cerebro humano que permitan desarrollar una inteligencia superior a la humana.
Un mundo de esas características nos puede llevar a situaciones tan poco imaginables hoy en día como a hacer backups de nuestros propios cerebros y a acercarnos a estados de inmortalidad tecnológica como vaticina el propio Kurzweil y más de un foro en Internet. En este reportaje del programa redes se puede ver una entrevista de Punset con Kurzweil con una explicación bastante detallada de las implicaciones que puede tener en el futuro alcanzar la singularidad.
De todas forma las teorías sobre la singularidad tienen también detractores, y hay autores que aseguran que nunca llegaremos a la inteligencia artifical en el sentido estricto de la prueba de Turing (que se basa en que si una máquina se comporta en todos los aspectos como un ser inteligente debe ser inteligente), aunque el futuro de los implantes biológicos y los nanorobots dentro del cuerpo humano son ya hoy en día una realidad que no parece tener un límite definido.